Redacción. Las cadenas de suministro acomodan los tantos para lograr el equilibrio de la acumulación de stocks y la escasez en la oferta de transporte.
Durante este último año las cadenas de suministro recuperan la normalidad y el ritmo de trabajo. Asimismo, los valores no logran ser los de antes porque surgen nuevas necesidades en el sector de la logística que competen al sector y al transporte.
Una de las dinámicas que se ha impuesto en el sector es que las empresas impulsan y se hacen con el stock de seguridad para lograr un margen de maniobra ante alguna crisis que se pueda desencadenar.
En lo que se refiere al transporte, se presenta una escasez del mismo por lo que las empresas del sector logístico deben garantizar su capacidad ante un escenario de escasez de camiones y furgonetas. Ello ha provocado un desequilibrio entre la oferta y la demanda que, por la ley de mercado, provoca un incremento del servicio en todo el sector del transporte (terrestre, marítimo, aéreo y ferroviario).
Otro factor de relevancia es la energía con un impacto directo en la suba de los precios en el transporte.
A su vez, el escenario que se vive derivado de la invasión rusa a Ucrania han influenciado en la suba de estos servicios. Durante el 2023, las compañías del sector caminan hacia un panorama con mayor equilibrio.
Ese equilibrio también viene dado por la relativa fluidez en el abastecimiento de materias primas y componentes para reducir, en la medida de lo posible, sus stocks de seguridad, para lograr un inventario sostenible y conseguir un impacto financiero positivo.
Por otra parte, en el escenario internacional también apunta a una cierta recuperación de la demanda en América del norte y, especialmente, en Asia, donde China parece ir recuperando su actividad económica habitual, una vez que se ha dejado de lado la dura política de aislamientos que tenía el país para contener la pandemia.
Esta tendencia, a su vez, provoca cierta tensión creciente tanto en la demanda de bienes intermedios como de productos terminados en estos mercados que, en consecuencia, también se traslada a las cadenas de suministro.
Bajo estas influencias, la tendencia en el transporte es lograr una normalización en sus costes y a una regularización en el abastecimiento de las materias primas con cadenas de suministro más óptimas.