Redacción. En el mes de octubre, Skoda Auto, se sumó a la reducción de su huella medioambiental incorporando dos camiones eléctricos en su planta principal de Mladá Boleslav, en la República Checa. Estos vehículos presentan una autonomía de 80 kilómetros, las baterías tienen una duración de 4,5 horas y consumen 200 kWh de electricidad cada 100 kilómetros.
Con este diseño, Skoda tiene previsto utilizar nuevas unidades eléctricas que le permitirán ahorrar hasta 60 toneladas de CO2 cada año en comparación con el uso de vehículos diésel en el transporte de mercancías dentro de la propia instalación.
Cabe destacar que la compañía ya había conseguido una reducción del 25% de las emisiones de CO2 con el uso de camiones propulsados por GNC en la fábrica y ahora va un paso más allá con la introducción de esta tecnología.
La prueba piloto de incorporación de estos dos vehículos eléctricos se valora como positiva, por lo que se ha decidido reemplazar toda la flota interna de transporte. Como consecuencia de ello, en el medio plazo, se podría conseguir un transporte con cero emisiones. La idea es que las tractoras eléctricas, combinadas con semirremolques estándar, reemplacen a los camiones diésel en las correspondientes rutas internas de cara al próximo mes de mayo.
Desde junio del 2022, se plantea un próximo paso y es el transporte de las baterías para vehículos eléctricos en la planta de Mladá Boleslav en semirremolques especiales. Puntualmente, en este caso, se prevé que los semirremolques sean equipados con una tecnología específica para la carga y descarga automática de palés.