Redacción. El contexto mundial ha puesto en jaque la demanda del consumo a nivel mundial y en este punto se ven afectados los envíos al extranjero desde China.
Las bajas cifras de crecimiento interanual de las exportaciones del gigante asiático registraron un ritmo más lento durante el mes de abril, aun considerando la baja base comparativa del 2022 afectada por el Covid-19.
Asimismo, las exportaciones superaron las expectativas y aumentaron un 8,5% el mes pasado respecto al año anterior, hasta los US$295.420 millones, por debajo del sorprendente incremento del 14,8% registrado en marzo, mientras que en términos mensuales, las exportaciones cayeron un 6,4% en abril, según reportes de prensa internacional basados en los datos publicados el 9 de mayo por las aduanas chinas.
Por su parte, el sector de las importaciones, no pudo cumplir sus expectativas y se contrajo en un 7,9% en abril respecto al año anterior, hasta US$205.210 millones y 9,7% respecto de marzo, registrando un superávit comercial del mes de US$90.000 millones. En marzo se registró una caída del 1,4%, que viene dado por la baja demanda y el descenso de los precios de las materias primas.
Los especiales en economía internacional ya advierten que la demanda de productos chinos está siendo débil y destacan que el repunte de marzo está vinculado al registro de datos aduaneros y no al cambio real de en la tendencia de consumo.
Asimismo, se destaca que el repunte de la demanda interna tras la reapertura de China impulsará una recuperación de las importaciones en los próximos meses.
Respecto al efecto global, diversos analistas internacionales advierten en que cada vez parece más claro que la ralentización de la economía mundial está afectando a las exportaciones chinas. Otro factor que destacan es la caída de las importaciones. Bajo este panorama se proyecta un mayor deterioro de las exportaciones en los próximos meses.
Asimismo, un factor clave para la recuperación ha sido es gasto de los consumidores en detrimento de la inversión en infraestructuras e inmuebles. Ello hace que la demanda de materias primas, tales como el petróleo, caiga, el mineral de hierro y el cobre, cuyas importaciones cayeron en abril con respecto al mes anterior.
La ralentización de la demanda mundial afecta a las compras chinas de piezas y componentes para el llamado comercio de transformación, que consiste en importar la totalidad o parte de las materias primas y reexportar los productos acabados tras su transformación o ensamblaje, tales los teléfonos inteligentes, computadores y circuitos integrados.
Desempleo
Vale destacar que otro de los efectos dados por la baja demanda mundial es el reflejo en la tasa de desempleo en China. Desde el Gobierno chino ya analizan cómo apoyar al mercado laboral del sector para impulsar su reactivación mediante estímulos fiscales.
En el sector del desempleo se destaca una baja del 19,6% en el mes de marzo (personas de entre 16 a 24 años). Asimismo, la tasa de desempleo general descendió ligeramente hasta el 5,3%. Por el momento, desde el gobierno chino declaran que esperarán a ver si la recuperación del sector servicios es lo bastante fuerte como para llevar la tasa de desempleo al nivel anterior a la crisis. Incluso las economías asiáticas vecinas de China contaban con el repunte del gigante asiático para impulsar sus propias recuperaciones, y ahora temen ser ‘arrastrados’ por el fenómeno.