Redacción. Ocho países de la Unión Europea, entre los que se encuentran Alemania, Italia, República Checa, Polonia, Portugal, Rumania, Hungría y Eslovaquia se unen para conformar un frente común y pedir que la versión definitiva de la normativa de emisiones Euro 7 sea más distendida que lo previsto en un principio que contempla la implementación a partir del 1 de julio de 2025.
Estos ocho países, por medio de sus representantes, establecieron una reunión en Estrasburgo con el objetivo de establecer una alianza y elevar, a la Comisión Europea, una propuesta que contemple la exención de los combustibles sintéticos de la prohibición de vender coches diésel y gasolina a partir de 2035.
La normativa Euro 7, en los plazos que está planteada, implica una cuantiosa inversión económica a la que se enfrentarán las empresas fabricantes de automóviles y las autopartistas.
En este marco, cabe destacar que la Unión Europea sostiene que todos los beneficios de la salud pública compensan los costes derivados de la actual normativa.
Los ocho países en cuestión plantean que las condiciones de la norma Euro 7 sean más viables y demandan un mayor período para cumplir con las condiciones que establece dicha norma.
Por su parte, también la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles sostiene que la normativa exige demasiada rapidez en su implementación y declaran que el calendario provisional se aleja de la realidad.
Asimismo, la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), sostiene que el nuevo estándar planteado beneficiaría principalmente a las marcas chinas, que están irrumpiendo en el mercado europeo con modelos 100% eléctricos. Además, se forzaría a que los fabricantes europeos desvíen gran parte de sus inversiones en I+D a la eléctrica.
Por último, cabe resaltar que Alemania respaldada por Italia y República Checa, exige garantías de que los automóviles con motores de combustión interna se podrán vender después de 2035, en caso de que funcionen con combustibles neutros en CO2.