Redacción. La tendencia en el almacenamiento de la mercancía es hacia depósitos chicos. El ecommerce, la restricción en las importaciones y la necesidad de resguardar el capital han modificado la forma en la que se resguardan las mercancías.
La nueva tendencia estratégica para cubrir la nueva demanda de espacios logísticos pequeños gira en torno a naves y espacios compactos y, por otra parte, ganar espacio en altura. De esta forma se incrementa el espacio útil de almacenaje.
Además de la maximización de los espacios compactos y ganar en altura, la tecnología también hace su aporte para dar respuesta a la demanda del mercado.
Durante el año 2020 quedó marcada una fuerte tendencia de la logística con una fuerte tendencia hacia la ocupación que terminó de consolidarse durante el año 2022 con el aporte en la consolidación de las nuevas formas de consumo.
El director de operaciones de Celsur Logística, Gabriel García, destaca que fueron diferentes causas las que generaron esta situación, entre ellas: “El efecto pandemia, más la restricción de importaciones, donde todos son empujados a acopiar y la necesidad de preservar, llevó a que el mercado de inmuebles logísticos tenga un nivel de ocupación altísimo, con lo que queda una vacancia inferior a 10% en el AMBA, Argentina”, destacó García. A raíz de estas nuevas dinámicas “lo que se está notando, producto de este cambio en la dinámica de última milla, es la necesidad de montar almacenes en zonas radiales más cercanas a las grandes ciudades, para tener un almacén de proximidad, que permite un mejor nivel de servicio al cliente”, explicó el director de Celsur. En este cambio de preferencias, se pasó de las grandes locaciones logísticas “a buscar almacenes pequeños, compactos, en zonas más cercanas o inclusive dentro de las ciudades, para mejorar esa experiencia del consumidor de última milla”, explicó García.
Actualmente, para dar respuesta al mercado, se habla de almacenes compactos de menos de 1.000 metros cuadrados, inclusive se pueden dar superficies de 50 a 100 metros cuadrados, que son casi un local a la calle que recibe y ventila a la distribución de última milla, para la entrega en moto, bicicleta o un vehículo urbano. De esta forma ya la tendencia es disponer de locaciones más pequeñas y trasladar el modelo de tradicional de grandes superficies a almacenes de alto nivel de servicio y apuntar a que los productos tengan poco tiempo de permanencia en los almacenes.
Almacenamiento vertical
En cuanto a los almacenes verticales, es una estrategia que está en boga y que aplica para las grandes ciudades del mundo, donde el valor del metro cuadrado de tierra se ha vuelto muy caro, sobre todo en zonas próximas a los centros de consumo.
Los almacenes verticales ofrecen una alta cantidad de mercadería almacenada por metro cuadrado, lo que permite bajar el costo de la incidencia del costo del metro cuadrado de tierra y el de construcción sobre el total de operatividad. No es para cualquier tipo de producto u operatoria, pero es una tendencia que está cada vez más incluida en la dinámica del mercado logístico mundial.
Asimismo, este tipo de operatoria implica robotización, automatización y transelevadores, por lo que la inversión en infraestructura es mayor y se alcanza la optimización del rendimiento de metros cuadrados disponibles en las grandes ciudades.
Alta demanda
El modelo tradicional de nave de 10.000 m2, con 10 docks y 12 metros libres de altura, que es la configuración tradicional, tiene un mercado mucho más amplio al que pueden aspirar operadores logísticos, empresas productoras. Es el tipo de almacén que le gusta comercializar al desarrollador inmobiliario tradicional.
Hoy, por hoy, la demanda en naves es altísima ya que hay mucha necesidad de acopiar mercadería, ya sea por las restricciones por ejemplo que hay en la Argentina y el alto nivel de inflación.